- La Ribeira Sacra y algo más
Este
verano hemos repetido Galicia, ese rincón al oeste del norte donde
inicié mi independencia viajera, hace ya de eso algunos, (muchos)
años. Llevamos un doble objetivo: La Ribeira Sacra, que no
conocemos, y volver a recorrer algo de las rías bajas. Dieciocho
años hace que no vuelvo, aquí me enteré que estaba embarazada de mi hijo, y es mi cuarta subida.
2
de agosto, viernes,
calor que en el coche se soporta bien. Salimos a las 8,30 horas, vía
de la plata, ojeada emocional desde el puesto de conducción a
Villafranca de los Barros y recuerdos de mi padre. Tras una breve
parada en nuestro habitual Cruce de las Herrerías, para reponernos
con un cafelito y tostada con todo lo prohibido, continuamos camino
y para otra ocasión quedará volver a visitar la interesante y
recogida iglesia visigótica de Santa Lucía del Trampal en la
cercana Alcuescar:
http://www.arquivoltas.com/31-caceres/01-alcuescar.htm
Nos
vamos alternando cada 2 horas aproximadamente y la autopista de la
plata nos permite comer los ricos bocadillos que traemos preparados
en Perilla de Castro, Zamora, frente al embalse de Ricobayo en el
Club Esla. Después lo completamos con unos estimulantes cafés en el
restaurante del club, Mirador del Esla, que por cierto tenían un
menú por 9,5 € que pintaba bien.
Hacemos una parada en Tábara (Zamora), como un pequeño homenaje a León Felipe, y aprovechamos para ver el exterior de la buena iglesia románica que está junto al ramal del Camino Sanabrés a Santiago.
"Como tú, piedra pequeña..." |
Entramos en Galicia a los sones de Luar na Lubre, http://www.youtube.com/watch?v=ebQfJ5xSLD4, por la OU533,tierras del Concello de Bolos (Ourense), y ya que es temprano, sobre las 18,00, nos desviamos en una señal de la izquierda para visitar las Ermidas, una de las visitas previstas. Se trata de un santuario barroco encajado en la montaña junto a uno de los cañones que el río Bibei hace en su recorrido. El lugar merece la visita por la conjunción de naturaleza, arte y leyenda. Tiene un curioso vía crucis, fuentes y caminos, con una atmósfera de otro tiempo que nos atrapó. En la iglesia se rezaba el rosario en una penumbra interrumpida por algún díscolo rayo de sol.
La
información que teníamos hablaba que aún soportaba el tráfico de
la N120 y allí nos dirigimos, pero era errónea esa información.
Pero a cambio al desviarnos por Montefurado para volver a la
carretera que llevábamos, cogimos una carretera particular de la
Empresa de Luz/pantano del Bibei que conduce a Trives y nos permitió
atravesar el cañón del río. La carretera estrecha, como todas las
de montaña, con sus curvas y algún que otro bache, pero con unas
increíbles vistas, para quien no conduce claro. Ya en Pobra de
Trives, bonita población con aires de turismo veraniego de montaña,
la estación invernal de Cabeza de Manzaneda está muy cerca,
hicimos una pequeña parada y nos indicaron la dirección correcta
para ver el buscado puente, que era la carretera que inicialmente traíamos, y
efectivamente siguen pasando los coches por él, pero no en la N120
sino en la OU 636.
El
puente, del siglo II, con la magnífica estampa de las ingenierías
romanas, y con sus miliarios nos compensó su tiempo de búsqueda.
http://www.puentemania.com/2911
http://www.puentemania.com/2911
Ya
sin más paradas, nos dirigimos a nuestro alojamiento en Castro
Caldelas, adonde llegamos sobre las 20,00 h., ¡no está nada mal!.
Fueron unas 12 horitas con visitas turísticas incluidas, pero no se
había hecho nada pesado.
El
pueblo en la parte más alta de las tierras de Caldelas, ofrece un
bonito perfil, con sus casas de blancas galerías y la silueta del
castillo.
El
Alojamiento, Hotel Casas de Caldelas, inaugurado hace un año en
un edificio del siglo XVIII, nos recibió acogedoramente: estilo
rústico, muy cómodo y con detalles como el hervidor de agua con
infusiones y café. ¡Qué gusto tirarte en la comodísima cama!.
http://www.hotelcasadecaldelas.com/
La habitación doble con desayuno: 50€, la habíamos reservado con
unos 3 meses de antelación directamente en el Hotel, y que también
la ofrece booking y otros buscadores. Habitualmente miramos Trivago y
Tripadvisor
Deshicimos
equipaje, una ducha y ligera vuelta por la zona de Cimadevilla
junto al Hotel, para terminar con una reconfortante cena en el
Restaurante de la Pousada Vicente Risco. Menú de 10€, variado,
casero y riquísimo, con vino hecho por el propietario y ofrecimiento
de orujo o licor de hierbas, ambos también de fabricación propia,
según nos explicó el hijo que era quien atendía las mesas, tras el
postre y café. Repetimos los tres días que salimos a cenar y al
final felicitamos a la cocinera que era la mamma de este negocio
familiar.
Y
a dormir y descansar porque al día siguiente: sábado, nos esperaba
el mercado quincenal, días 3 y 18 de cada mes, que se realiza en la
Plaza de O Prado a la que se asoma nuestro Hotel y habitación, y a
seguir turisteando.
Sábado
3.
Nos despertamos acompañados por los sonidos de los montajes de los
puestos. Los dos balconcillos de nuestra habitación dan a sitios
distintos de la plaza, en la derecha un enorme tenderete de bolsos, e
inmediatamente me acuerdo de Inma y de lo que disfrutaría con ellos.
En el de enfrente una provisional carnicería nos ofrece la visión
de unas cabezas de cerdos, saladas y vaciadas, que se balancean
girando sobre sí mismas, me recuerdan las cabezas de camellos del
mercado de Meknes, y aunque no me atraen, debe ser algo bastante
valorado porque al final de la jornada no quedaba ninguna.
Engolosinados con la visita nos duchamos y salimos a desayunar al Bar del Hotel, Casa Rubio, que está en la misma plaza y donde comenzamos a probar la bica, ese riquísimo bizcocho amantecado característico de la zona. Allí nos ponían el que hacían ellos, tostadas, zumo de naranjas recién hecho y un enorme café con el que casi no pude.Los kilillos de más están asegurados.
Engolosinados con la visita nos duchamos y salimos a desayunar al Bar del Hotel, Casa Rubio, que está en la misma plaza y donde comenzamos a probar la bica, ese riquísimo bizcocho amantecado característico de la zona. Allí nos ponían el que hacían ellos, tostadas, zumo de naranjas recién hecho y un enorme café con el que casi no pude.Los kilillos de más están asegurados.
La
visita comenzó por la parroquia de la plaza que estaba abierta,
Nuestra Sra. de los Remedios, de estilo neoclásico y donde tuvimos
como magnífico guía al párroco que nos enseñó detalles muy
interesantes como la historia de su construcción, la cúpula
ovalada, los interesantes relicarios traídos de otras parroquias y
detalles del exterior. Tras agradecerle sus explicaciones, paseamos
por el mercado, que no tenía mucho interés salvo los tenderetes
que ofrecían herramientas de madera, recipientes de cobre de cocina
y destilados y los 2 puestos de las pulperas que comenzaban a
preparar las enormes ollas para cocer los pulpos, ¡todo un ritual!.
El
pueblo es conocido por su castillo, con sus murallas y las dos
sólidas torres: la del Reloj y la del Homenaje, y hacia allí nos
encaminamos. El ayuntamiento ha instalado en él un pequeño museo
arqueológico-etnográfico, la biblioteca municipal y un auditorio.
Nos pareció muy interesante la visita y nos encantaron las amplias
vistas que ofrecía la torre y el paseo de murallas. Su origen del
siglo XIV, está ligado a la familia Fernández de Castro, aunque
bien pronto pasó a los condes de Lemos, y fue testigo de la revuelta
de los Irmandiños. En el siglo XVI se convierte en residencia
palaciega. Está abierto de 10 a 14 y de 16 a 20, y la entrada es
gratuita.
En
el cercano cementerio, la Iglesia de Santa Isabel, renacentista del
XVI, nos ofrecía su exterior, pero estaba cerrada a cal y canto.
Antes
de comer, iniciamos la ruta de los muiños, que comienza en un
sendero a la derecha en la salida hacia Monforte.
http://www.guiasilbibeinavea.es/lugar04.html
El paseo es muy agradable y se viene a tardar una hora y media aproximadamente. Nosotros no llegamos hasta el final, área recreativa de A ponte das Táboas, porque a la mitad del senderillo fluvial nos volvimos, ascendiendo lo bajado por la hora. Hay que tener cuidado en el descenso porque nosotros en una bifurcación elegimos la que bajaba, que lleva hasta un salto de agua y tuvimos que volver a subir porque había que coger la que continuaba algo a la derecha hasta encontrarse con la carretera.
http://www.guiasilbibeinavea.es/lugar04.html
El paseo es muy agradable y se viene a tardar una hora y media aproximadamente. Nosotros no llegamos hasta el final, área recreativa de A ponte das Táboas, porque a la mitad del senderillo fluvial nos volvimos, ascendiendo lo bajado por la hora. Hay que tener cuidado en el descenso porque nosotros en una bifurcación elegimos la que bajaba, que lleva hasta un salto de agua y tuvimos que volver a subir porque había que coger la que continuaba algo a la derecha hasta encontrarse con la carretera.
De
nuevo en la plaza nos tocaba, bueno mejor dicho le tocó hacer cola
en la pulpería junto al Bar Rubio, y yo mientras coger una mesa a
la sombra con unas cervezas bien fresquitas: ¡placer de pulpo y
cerveza!
Pequeño
descanso en nuestro hotel que teníamos bien merecido y a iniciar la
ruta hacia la Ribeira Sacra, que aún nos quedaban muchas horas de
sol.
La
primera parada fue para el abandonado y encantador Monasterio de San
Paio de Abeleda, románico del S. XII que fue un importante centro
monástico que se abandonó tras la desamortización y se ocupó en
el XIX por la Casa de Alba, esa casa tan amplia en posesiones y
“popularidad”. Nos recibió cerrado a cal y canto con unas
evocadoras fotografías de personajes del lugar en el patio de
entrada, y sólo pudimos ver el exterior de la iglesia de una sola
nave, y algo del interior por el hueco de la cerradura.
La soleada y clara tarde nos permitió disfrutar, de mirador en mirador señalizados a lo largo de la carretera, de las magníficas vistas sobre el cañón del Sil, cubiertas ambas laderas por verdes viñas con un exquisito equilibrio en los bancales, siguiendo la ruta hacia el Monasterio de Santa Cristina, en Parada do Sil.
La soleada y clara tarde nos permitió disfrutar, de mirador en mirador señalizados a lo largo de la carretera, de las magníficas vistas sobre el cañón del Sil, cubiertas ambas laderas por verdes viñas con un exquisito equilibrio en los bancales, siguiendo la ruta hacia el Monasterio de Santa Cristina, en Parada do Sil.
Este cenobio benedictino nos emocionó por la belleza del entorno y la majestuosidad de la arquitectura. Nos alegró la cuidadosa restauración que permite hacerse una idea de cómo sería este recóndito monasterio en su tiempo de uso. Buena idea la de tener abierto y cobrar entrada, 2€, para así mantener nuestro rico patrimonio. Su origen parece estar en el siglo IX, y la Iglesia es románica del XII, de una nave con crucero y cabecera con tres ábsides, que albergan capillas, y en la mayor se puede disfrutar de la decoración de pinturas del XVI. Su esbelta nave, formada por cinco tramos separados por arcos fajones apuntados, generaba profundidad. En la fachada un rosetón calado con pequeños arcos lobulados le proporciona iluminación. En el exterior una puerta románica da paso al bello claustro del XVI, del que sólo quedan dos pandas en pie y a las dependencias monásticas. La torre románica, que no es muy común en el románico gallego, se encuentra en el costado norte y ofrece unas bonitas vistas, que en su momento se utilizaron como punto de vigilancia y torre defensiva. Un paseo por los alrededores te sumerge en la tranquilidad que aporta la naturaleza que lo rodea.
En
el cercano mirador del camping Cañón del Sil
nos tomamos un rico café, y de Paradas do Sil continuamos a Nogueira de Ramuín para visitar Santo Estevo de Rivas de Sil, uno de los Monasterios más importantes de Galicia, hoy convertido en Parador. Su origen parece estar en el siglo VI, pero es a partir del S. X cuando comienza su época de esplendor. La Iglesia es de estilo románico tardío, encontrándose en ella muestras de todos los estilos: gótico, barroco y neoclásico. En el siglo XIII, se construyó el claustro de los Obispos, llamado así por los 9 obispos que aquí se habían retirado huyendo de las luchas entre cristianos y musulmanes. En el siglo XVI y con la llegada de la orden Benedictina, se transforma y amplía, construyéndose otros dos claustros de estilo renacentista: el de los cabaleiros y el de viveiro. Pasa también a tener Colegio de Artes, hasta la desamortización del XIX. En 1923 lo declaran Monumento Nacional, y desde 2004, se ubica en él un Parador Nacional.
La iglesia estaba muy bonita decorada porque se había oficiado una boda, y tenía guirnaldas de flores que le daban un aire campestre. Su interior amplio, de planta basilical con tres naves y 4 tramos, con triple ábside en la cabecera, con los dos primeros tramos de estilo románico y los 2 siguientes de estilo gótico. Lo que más nos llamó la atención fue un interesante y bello retablo pétreo románico de forma pentagonal, con Xto y los 12 Apóstoles bajo arquerías, que está situado tras la reja en la zona del presbiterio y parece que pueda ser una pieza del tímpano de una portada. El resto de las dependencias se pueden visitar y la boda se estaba celebrando en dos de los bellos claustros, así que procuramos que se notara lo menos posible nuestra presencia.
Buscando un enclave recogido, nos encaminamos hacia Esgos para
visitar el Monasterio de San Pedro de Rocas, por la carretera OU509,
que era más recta y rápida, aunque el desvío final al pasar Esgos
es por un camino sin asfaltar. Quedaban unos tres cuartos de hora
para que lo cerraran (abierto de 10 a 13,45 y de 16 a 20), así que
hicimos una rápida visita al Centro de Interpretación de la Ribeira
Sacra, en el que se hace un recorrido por el paisaje, la historia y
la vida en los monasterios. En la 2ª planta hay un pequeño museo
etnográfico dedicado al vino, los oficios y las tradiciones de la
zona. La tienda tiene algunos objetos curiosos.
El Monasterio más antiguo de la zona, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1923, está unido a los inicios del cristianismo y al eremitismo. Su origen en el siglo VI, se recoge en la lápida fundacional que se encuentra en el Museo Arqueológico de Orense, y parece que pudieron aprovechar cuevas de la zona que posteriormente fueron ampliadas, en la línea de las iglesias rupestres. Estuvo un tiempo abandonado y es de nuevo utilizado en el siglo IX, cuando se le da el aspecto actual de una Iglesia con 3 naves excavadas en la roca, que se ilumina por una abertura en el techo de la nave central. Posteriormente se amplió con una nueva nave. En la capilla de la izquierda hay restos de pinturas al fresco de los siglos XI-XII y en toda la iglesia el suelo se encuentra excavado en la roca con sepulcros. El campanario, del XV, se encuentra en el exterior, y está situado en la parte superior de una enorme formación rocosa. En el paseo por los alrededores se encuentra el espacio que se utilizó como cementerio parroquial y bajando desde allí se llega a la fuente de S. Bieito también excavada en la roca. Tuvimos suerte porque la pudimos visitar en soledad, lo que se agradece en esos espacios que piden silencio. Las magníficas vistas y la exuberante vegetación que lo rodea nos recordó que este fue parte del enclave donde se movió Romasanta, el terrible asesino llamado el hombre-lobo. No pudimos dejar de acordarnos de las iglesias rupestres del Valle de Valderredibles ( Alto Ebro y montaña palentina) y de la Iglesia de los Santos Justo y Pastor en Olleros de Palencia.
http://www.turgalicia.es/ficha-recurso?langId=es_ES&cod_rec=5218&ctre=33
El Monasterio más antiguo de la zona, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1923, está unido a los inicios del cristianismo y al eremitismo. Su origen en el siglo VI, se recoge en la lápida fundacional que se encuentra en el Museo Arqueológico de Orense, y parece que pudieron aprovechar cuevas de la zona que posteriormente fueron ampliadas, en la línea de las iglesias rupestres. Estuvo un tiempo abandonado y es de nuevo utilizado en el siglo IX, cuando se le da el aspecto actual de una Iglesia con 3 naves excavadas en la roca, que se ilumina por una abertura en el techo de la nave central. Posteriormente se amplió con una nueva nave. En la capilla de la izquierda hay restos de pinturas al fresco de los siglos XI-XII y en toda la iglesia el suelo se encuentra excavado en la roca con sepulcros. El campanario, del XV, se encuentra en el exterior, y está situado en la parte superior de una enorme formación rocosa. En el paseo por los alrededores se encuentra el espacio que se utilizó como cementerio parroquial y bajando desde allí se llega a la fuente de S. Bieito también excavada en la roca. Tuvimos suerte porque la pudimos visitar en soledad, lo que se agradece en esos espacios que piden silencio. Las magníficas vistas y la exuberante vegetación que lo rodea nos recordó que este fue parte del enclave donde se movió Romasanta, el terrible asesino llamado el hombre-lobo. No pudimos dejar de acordarnos de las iglesias rupestres del Valle de Valderredibles ( Alto Ebro y montaña palentina) y de la Iglesia de los Santos Justo y Pastor en Olleros de Palencia.
La bajada a la fuente |
Cuando
volvíamos llegaba una excursión, ¡por los pelos!. Ya en el coche
enfilamos de vuelta a Castro Caldelas por la C-536, que ya se había
visto bastante y se hacía preciso descansar. Pero bastante es una
palabra que a veces desconocemos, así que al ver una señal de
“puente romano”, se encendió la bombillita del desvío y
llegamos a Vilariño Frío, donde han acondicionado la “ruta
romana de Vilariño”, un paseo animado por imágenes e información
sobre el mundo romano que nos lleva al sencillo pero encantador
puente sobre el río Mao. Entrecomillo lo que indican en la ficha de
turgalicia “ Puente sobre el río Mao, de origen romano por su
proximidad con un miliario romano perteneciente a la famosa "Vía
Nova" de Caracalla. Consta de tres arcos semicirculares de luces
distintas y bóvedas de medio punto. Arcos constituídos por sillares
de labra muy esmerada y sentados "a hueco". Estado de
conservación bueno excepto la falta de pretil, de dos guardarruedas
y de un par de sillares en el remate del tajamar. La construcción
actual es probablemente del s. XVII por sus características
constructivas: dovelas,
irregularidad
del trasdós, moderado ancho de la calzada, tipo de sillería, alzado
y planta de los tajamares y rasante alomada.”
Tras
el agradable paseo, nos paramos en el cruce del pueblo en un Peto de
Animas, manifestación del culto a los muertos, que suelen ser
sencillos monumentos populares asociados a la idea del
purgatorio. En
Galicia se
suelen encontrar en caminos, encrucijadas, atrios de iglesias, etc.
Cuando llegamos a nuestro pueblo estaba acabando un concierto de gaitas, así que nos fuimos a la reconfortante ducha, para después encaminarnos al restaurante que habíamos adoptado, esta
vez para repetir el rico caldo gallego y truchas de la zona, y
ternera asada. La cama nos recibió con alegría.
Domingo
4.
Tras el rico y abundante desayuno en Casa Rubio, salimos en dirección
a Monforte
de Lemos,
que nos recibió con mañana de domingo, clara y soleada, con ese
agradable y sosegado ritmo que ofrecen las pequeñas ciudades en días
festivos: paseos por el parque, niños jugando, barcas y piraguas
preparadas en el río Cabe, y un mercado artesano que se estaba
montando. La primera visita fue en el Campo da Compañía al Colegio
de Nuestra Señora de la Antigua, o Colegio de los Jesuitas, también
llamado del Cardenal, por D. Rodrigo de Castro, Arzobispo de Sevilla
que fue su fundador. De 1590 a 1622 se prolongó su construcción que
fue dirigida por Andrés Ruiz, posteriormente por Juan de Tolosa y
en1602 Simón de Monasterio se hace cargo de las Torres y el
Claustro. Los jesuitas tuvieron en él un Real Seminario de Estudios
y Colegio de Humanidades que fueron clausurados con la expulsión de
la Orden, y en la actualidad lo ocupan los escolapios. La gran
fachada de estilo herreriano, le dicen el Escorial Gallego, preside
de forma majestuosa la plaza e invita a que nos acerquemos. La
iglesia es de planta rectangular con nave-salón a la que se abren
cuatro capillas a cada lado, gran bóveda de cañón y una hermosa
cúpula de media naranja que cubre el crucero. El retablo, sin dorar,
de Francisco de Moure y la estatua manierista, del cardenal
fundador, de Juan de Bolonia, nos parecieron lo más relevante. La
gente iba llegando para la misa por lo que no nos fue posible visitar
ni la sacristía ni los patios, ¡otra vez será!.
El agradable parque |
Antes
de que apretara “la calor” fuimos hacia el castillo, el otro
elemento que caracteriza a Monforte, atravesando la ciudad, con una
rica parada en el mercado que los domingos abre una zona anexa para
venta por sus productores de alimentos naturales: Ricos panes,
quesos, embutidos, empanadas, tartas variadas y todas apetecibles.
Ufff, ¡qué difícil elegir!. Al final nos fuimos con unas buenas
raciones de empanadas de bacalao, seguro que muy buenas pero no como
las de nuestro amigo Pepe, un queso de cabra del único productor que
hace en Galicia queso de este animal, el resto lo hace de vaca, y
tarta de almendra para la excursión de mañana o para cuando se
encarte.
El casco de Monforte está muy alterado, apenas guarda uniformidad, y poco a poco fuimos subiendo hasta el castillo, que domina la ciudad desde lo alto del cerro, sobre lo que fue el castro de Dactonio. La parte alta de la ciudad es la que nos pareció más interesante, formaba parte de la antigua judería, y conserva el regusto medieval, pudiéndose acceder al castillo por la puerta Nova (S.XV), o por la de la Alcazaba (S.III).
El casco de Monforte está muy alterado, apenas guarda uniformidad, y poco a poco fuimos subiendo hasta el castillo, que domina la ciudad desde lo alto del cerro, sobre lo que fue el castro de Dactonio. La parte alta de la ciudad es la que nos pareció más interesante, formaba parte de la antigua judería, y conserva el regusto medieval, pudiéndose acceder al castillo por la puerta Nova (S.XV), o por la de la Alcazaba (S.III).
Como
otros castillos de la zona, éste tiene su origen en el S.XII y
estuvo ligado a los Condes de Lemos, en la actualidad el condado de
Lemos forma parte de la Casa de Alba, ¡un elemento más para el
patrimonio de esta familia!
Se
construyó durante los siglos XIII y XIV, y también fue escenario de
la revuelta de los irmandiños quienes destruyeron la fortaleza y,
como ocurrió en Castro Caldelas, cuando el poder señorial se
volvió a instauran fueron obligados a reconstruirlo con su trabajo y
dinero. Dejo un enlace para saber algo más de esa interesante
revuelta:
En
el siglo XVII el castillo es pasto de un incendio que provoca grandes
destrozos siendo restaurado posteriormente. Lo que mejor se conserva
es la exenta Torre del Homenaje, a la que se puede subir para ver las
esplendidas vistas que vio mi marido porque yo, con el calor que ya
hacía y con ligeras molestias en la rodilla “impropias” de mi
edad, me quedé sentada tan ricamente en la Iglesia del antiguo
Monasterio de San Vicente del Pino disfrutando de su estructura y
decoración.
El
edificio del palacio condal alberga parte de las dependencias del
Parador de Turismo, completándose con dependencias del adjunto
Monasterio. En el parador se pueden visitar las dependencias comunes,
con el antiguo claustro.
El Monasterio de San Vicente del Pino, fue fundado por orden benedictina en los siglos XI-XII, reconstruyéndose en el XVI, perdiendo poco a poco su importancia hasta ser abandonado. En 1929 volvió a ocuparse vinculada al Monasterio de Samos. La iglesia, preparándose para la misa y para una comunión, nos permitió tiempo para recorrerla. Nos gustó la portada renacentista y el grupo de hombres mayores sentados frente a ella en tranquila observación de quienes venían y llegaban. El interior es de estilo gótico de transición con una cubierta de bóvedas estrelladas. El altar, recargado como es típico del estilo churrigueresco, tiene una buena pintura sobre el martirio de San Vicente. Otros elementos interesantes son el coro y el sepulcro del S.XIV del Abad D. Diego García, que recuerda el episodio de la mitra caldaria.
Dejo
un enlace con la leyenda de la corona de fuego vinculada al abad
http://www.jrcasan.com/MONFORTE/pasadizo/pasadizo.htm
Dejamos
a los parroquianos con la celebración y bajamos de nuevo hasta el
río, lo no visitado en otro viaje se andará.
Nos
fuimos a la cercana Bóveda, pensando equivocadamente que la
interesantísima iglesia de Santa Eulalia de Bóveda estaba aquí, y
no, está muy cerquita de Lugo, así que será inevitable volver para
verla.
Con
la hora algo ajustada pudimos llegar a Ferreira de Pantón, donde se
encuentra el Monasterio Bernardo femenino de Santa María de Pantón,
único monasterio en la zona que mantiene la vida claustral. A pesar
de que no era hora de visita, está abierto de 11 a 13 y de 16 a 18,
una amable monja nos enseñó el encantador claustro del XVI, y la
bonita y recogida iglesia románica del S XII, con una nave y
cabecera formada por presbiterio y ábside semicircular, con ricos
capiteles en el interior y exterior, que indican que su construcción
fue anterior a que pasará a la orden del Cister, por la austeridad que
caracteriza a esta Orden y que aquí no se percibía. No pudimos dejar de comprar algunas de las
exquisitas muestras de repostería que elaboran.
En
el cercano castillo de Maside, nos fue imposible ver nada, aunque
es un BIC, y por tanto tendrían que tener obligación de enseñarlo
un día a la semana, otra negligencia de las Delegaciones
Provinciales de Cultura en todas las autonomías para hacer cumplir
la ley. Ni se enseña ni se puede ver bien desde fuera porque lo
tienen rodeado con un muro y vegetación de tal forma que hace
imposible su visión, al menos algo pudimos ver de la magnífica
ventana plateresca.
El
calor apretaba y nuestra intención era continuar hacía la orilla
derecha del Miño, a visitar el monasterio de Santo Estevo de Atán
y allí comer algo de lo que llevábamos, pero se interpuso en
nuestro camino “el corredor verde”, esa carretera directa entre poblaciones importantes, que no
es autovía e indica indica mal las salidas. Cuando vimos que nos dirigíamos directos a Orense
nos desviamos hacia “Os Peares”, al menos para llegar donde se
juntan el Sil y el Miño y allí decidir.
En
Os Peares la cosa se complicaba porque por obras estaba cerrada la
carretera que lleva por el margen derecho del Miño, así que
aparcamos como pudimos junto al puente de la escuela de Eiffel para
ver al menos el punto de la unión del Sil con el Miño: “El Miño
lleva la fama y el Sil lleva el agua”.
Esta foto es del Blog http://bruja-larosadelosvientos.blogspot.com.es |
No comimos allí, aunque lo deberíamos haber hecho con nuestras compras del mercado, pensamos que en Os Peares encontraríamos algo abierto, nos pudo la imagen de vernos tomar la cerveza bien fría que la garganta reclamaba, y lo había pero… no era lo que buscábamos, aun así nos tomamos la cerveza, que no estaba tan fría, el sitio era oscuro y mejor no mirar mucho, la ración de costillas de cordero que era lo único que tenían nos la pusieron sin calentar, frías, escasas y encima nos clavaron de manera inmisericorde. No recordamos ni el nombre pero estaba en la calle/carretera, que va del puente a la salida, tras la primera curva en la parte derecha y es para no parar.
Cruzamos a la orilla izquierda del Miño en dirección a
Chantada. No recomendamos este itinerario: largo, pesado, con curvas
y mala carretera, si tenéis poco tiempo. Como todo también tuvo sus elementos
sorprendentes e interesantes: 1) En el desvío- bajada a la Iglesia
de San Xoan de Covas, hubo un momento que por el mal estado y
estrechez de la carreterilla-sendero, desistimos de seguir bajando y
tras mucha dificultad mi conductor favorito pudo dar la vuelta, y en
la subida se nos atravesó un cervatillo que seguramente bajaba a
beber al río; 2) En San Estevo de Chouzán tuvimos una bonita vista
de los meandros del Miño, en un entorno tranquilo con construcciones populares.
Teníamos que seleccionar qué ver, y decidimos no parar en Chantada, y tampoco nos desviamos a
la Bodega recomendada por los primos, Paco y Cristina, porque al ser
domingo estaba cerrada: Bodega Vía Romana. Otro motivo para volver y
ya están siendo muchos.
De
nuevo en la margen derecha visitamos dos magníficas iglesias,
dejando el resto de las que recomendaban para no saturarnos. Con las
mismas dificultades que por la mañana nos vimos en el corredor verde, del que pudimos al fin salir y
encaminarnos a Santo Esteban do Ribas de Miño, en un lugar
espectacular, con vistas sobre el río. La iglesia es de un
elegante románico compostelano, que aunque tiene poca perspectiva
para verla de frente por las casas tan cercanas, nos entusiasmó por su esbelta y bella portada, con las figuras de músicos dispuestas radialmente en
el tímpano y su gran rosetón. Buen sitio para parar, descansar, y
ojalá en otra ocasión podamos verla abierta.
El
otro desvío fue para visitar San Paio de Deimondi. Las carreteritas
que enlazan una aldea con otra son con como una tela de araña,
difícil de dominar y comprender, de ahí que lo mejor que se puede
hacer, además del GPS, es preguntar a los paisanos para que
indiquen el camino. No podría decir cómo llegamos, pero lo hicimos
y fue otro momento de placer. San Paio, románico del XII al XIV,
tiene una bella fachada tripartita, con una portada abocinada con
hermosos capiteles historiados.
En
el regreso intentábamos visitar en Escarión la Bodega Moure pero
la dirección que indicaba el folleto se encontraba cerrada y sin
información, igualmente en el teléfono de contacto respondía con un
contestador, así que nos desviamos a la cercana iglesia románica de
San Miguel de Eiré, de bello porte y detalles en su portada y canecillos.
Para terminar el día decidimos que lo mejor que podíamos hacer era irnos a ver atardecer
tranquilamente a cercana playa fluvial del Cabo do Mundo, y en la
curvilínea bajada nos encontramos con la sugerente iglesia de San
Martiño de Cova, bellamente asomada al río Miño y con el anexo
cementerio con actividades de limpieza y pintura.
Al salir nos dimos de frente con Adega Moure, o Abadía da Cova, que también así se llama, la bien buscada y que tiene sus bodegas en este lugar porque el que indican en el folleto es el de las oficinas. Aunque estaba en horario de cierre nos permitieron visitarla, porque los propietarios con unos amigos se encontraban allí, tranquilamente sentados fuera, bebiendo y charlando frente a la espectacular vista del Cabo do Mundo, ¡idílica la visión!. Recomendamos la visita y los vinos de la característica uva mencía de la zona que compramos, y que ya han sido degustado casi todos: el vino de autor que ha sido premio 2013 en Cinve, el de barrica y el tinto joven del año, y por probar un vino blanco albariño que hacen mezclándolo con uva godello, y que nos ha encantado, lastima de no haber comprado más, pero podemos pedirlo.
Al salir nos dimos de frente con Adega Moure, o Abadía da Cova, que también así se llama, la bien buscada y que tiene sus bodegas en este lugar porque el que indican en el folleto es el de las oficinas. Aunque estaba en horario de cierre nos permitieron visitarla, porque los propietarios con unos amigos se encontraban allí, tranquilamente sentados fuera, bebiendo y charlando frente a la espectacular vista del Cabo do Mundo, ¡idílica la visión!. Recomendamos la visita y los vinos de la característica uva mencía de la zona que compramos, y que ya han sido degustado casi todos: el vino de autor que ha sido premio 2013 en Cinve, el de barrica y el tinto joven del año, y por probar un vino blanco albariño que hacen mezclándolo con uva godello, y que nos ha encantado, lastima de no haber comprado más, pero podemos pedirlo.
La atmósfera, la luz del atardecer y los vinitos probados nos dejaron en el mejor de los ánimos para bajar a la playa y ver atardecer sobre el Miño, desde un agradable Bar-tapería, con un buen queso de la zona que acompañaba bien al vino. La playita debió estar bien llena por las buenas temperaturas, pero cuando llegamos ya quedaba poca gente que se iba marchando poco a poco de este encantador lugar.
Esa
noche no salimos a cenar, picamos en Hotel algo de lo comprado y a
descansar que el día había sido intenso.
Para
una información general de la zona:
Lunes,
5,
nuestro último día en la Ribeira Sacra. Lo primero que teníamos
previsto es visitar el cercano Monasterio de San Xoan de Camba en
Piñeiroá, y de nuevo nos vimos buscando las carreteras comarcales
que unen las aldeas. El lugar es muy agradable, un prado con la
hermosa iglesia, por supuesto cerrada, que se ha ido vistiendo de los
sucesivos estilos en que le hacían las reformas. Fue uno de los
monasterios gallegos más antiguos, y con la particularidad que era
dúplice, es decir que convivían mujeres y hombres. El ara romana y
la bella ventana germinada de estilo mozárabe que veníamos buscando
se encuentran en el Museo Arqueológico de Orense. Al ir a
marcharnos nos encontramos con un señor que nos contó que había
emigrado a Nueva York, donde seguía viviendo, y que sus hijos eran
neoyorkinos bien adaptados, pero que él, y ahora más que estaba
jubilado, necesitaba venir de vez en cuando para conectar y sentir la
tierra, sacar las vacas de su hermano y respirar este aire,
¿comprensible verdad?.
Seguimos hasta la aldea de O Burgo en la que buscábamos la Iglesia de la Asunción, de un bello románico-gótico, muy bien adornados sus canecillos con figuras antropomórficas y con dos portadas de origen románico pero ya apuntando al gótico, y en la cegada puerta del lado sur dos lobos en el tímpano. Pudimos visitar el interior gracias a una amabilísima señora que nos vio desde su balcón y que se encarga con otras mujeres de cuidar y limpiar la iglesia, todo de forma voluntaria. Aquí como en otros lugares se quejaban del deterioro de la iglesia y de la falta de apoyo económico tanto del obispado como de la Xunta, y que cuando ellos recaudaban dinero para acometer alguna obra urgente, por ejemplo que se estaba cayendo el murete perimetral del exterior, desde patrimonio le negaban hacer la obra por los estudios técnicos necesarios, y a veces se caía lo que podía haber sido solucionado. Esa lamentable situación se repite en este y en otros lugares de nuestra geografía. Un interior muy limpio, con pinturas al fresco en mal estado en la bóveda de la capilla del Carmen, y en el que se notaba el mucho cariño que le pone el vecindario, nos dejó un sabor agridulce por el abandono al que está sometido gran parte de nuestro rico patrimonio.
Seguimos hasta la aldea de O Burgo en la que buscábamos la Iglesia de la Asunción, de un bello románico-gótico, muy bien adornados sus canecillos con figuras antropomórficas y con dos portadas de origen románico pero ya apuntando al gótico, y en la cegada puerta del lado sur dos lobos en el tímpano. Pudimos visitar el interior gracias a una amabilísima señora que nos vio desde su balcón y que se encarga con otras mujeres de cuidar y limpiar la iglesia, todo de forma voluntaria. Aquí como en otros lugares se quejaban del deterioro de la iglesia y de la falta de apoyo económico tanto del obispado como de la Xunta, y que cuando ellos recaudaban dinero para acometer alguna obra urgente, por ejemplo que se estaba cayendo el murete perimetral del exterior, desde patrimonio le negaban hacer la obra por los estudios técnicos necesarios, y a veces se caía lo que podía haber sido solucionado. Esa lamentable situación se repite en este y en otros lugares de nuestra geografía. Un interior muy limpio, con pinturas al fresco en mal estado en la bóveda de la capilla del Carmen, y en el que se notaba el mucho cariño que le pone el vecindario, nos dejó un sabor agridulce por el abandono al que está sometido gran parte de nuestro rico patrimonio.
Dejo
enlace a un blog donde explican la importancia que tuvo el lugar
http://diazelvis.blogspot.com.es/2013/08/igrexa-de-san-xoan-do-burgo-monasterio.html
Nos
despedimos agradecidos a la señora para ir al Forno do Pobo, una
interesante construcción donde en el pueblo hornean el pan,
empanadas o lo que se tercie, que no pudimos visitar porque estaba en obra la
calle que llevaba a él y no podíamos pasar por unos
tractores, así que nos fuimos hacia la cercana aldea donde se encuentra la capilla de San
Pedro, que como es habitual estaba cerrada a cal y canto, en un
tranquilo lugar.
Camino del Monasterio de Montederramo, paramos en el prado de Pedrouzos, donde el día anterior se había celebrado la romería de la Virgen de las Nieves, a la que llevan y traen de la iglesia de San Mamedes en la aldea a la bonita capilla de Nosa Sra. das Neves. Construcción con una sencilla portada barroca con elegante y esbelta espadaña, con pináculos troncopiramidales a ambos lados que ayudan a guardar el equilibrio de formas. Bajo la veleta nos gustó mucho los grabados en forma de espiral de tradición celta. Tras el bullicio, el lugar presentaba su imagen más solitaria y tranquila. Estos paseos aldeanos son de los que más nos gustan y nos transmiten el sentir y espíritu de estas tierras.
Camino del Monasterio de Montederramo, paramos en el prado de Pedrouzos, donde el día anterior se había celebrado la romería de la Virgen de las Nieves, a la que llevan y traen de la iglesia de San Mamedes en la aldea a la bonita capilla de Nosa Sra. das Neves. Construcción con una sencilla portada barroca con elegante y esbelta espadaña, con pináculos troncopiramidales a ambos lados que ayudan a guardar el equilibrio de formas. Bajo la veleta nos gustó mucho los grabados en forma de espiral de tradición celta. Tras el bullicio, el lugar presentaba su imagen más solitaria y tranquila. Estos paseos aldeanos son de los que más nos gustan y nos transmiten el sentir y espíritu de estas tierras.
La iglesia de cruz latina combina el estilo renacentista, pilares estriados rematados con capiteles y pilastras jónicos, con bóvedas de crucería góticas. Subimos al coro desde donde se podía apreciar bien la majestuosidad del edificio y también cierta inclinación en algunas de las paredes laterales debida al terremoto de Lisboa. El retablo fue restaurado por última vez en 1996 y parece que algunos vecinos no están muy conformes en cómo quedó. Numerosas lapidas, como es habitual, se repartían por el suelo. Nos indicó la guía que el lugar llegó a estar muy abandonado, con saqueos y otros usos por lo que se dañaron e incluso desaparecieron parte del coro, retablos, figuras e incluso afectaron a los muros, de ahí que el esfuerzo de la restauración haya sido considerable. En una de las obras realizada apareció una ventana románica que se puede ver al salir por el lateral hacia el claustro reglar.
Amplia
y monumental también la escalinata y la buena sacristía.
El
segundo claustro que es el que comenzamos a visitar cuando llegamos,
y al que volvimos, recibe el nombre de la Hospedería o Portería,
por ser el que daba entrada. Es un bello ejemplo del renacimiento, y
ofrece buenos medallones y escudos esculpidos en las enjutas. Aún no
ha podido el Ayuntamiento hacerse con la propiedad de este claustro,
como ha ido haciendo con el resto de edificios, ya que se encuentra en
manos de varios particulares que tienen sus viviendas en la parte
superior, no todas habitadas y algunas en estado de bastante abandono, incluso se podía
ver como una parte de la zona baja era el almacén de botellas del
bar que se encuentra en el exterior.
La iglesia no está siendo utilizada habitualmente por el obispado, que nos refierieron ha preferido una iglesia moderna sin ningún encanto, lo que parece que no gusta a la gente del pueblo. Nos despedimos de la familia y del hijo que tan atento había seguido la visita, a sus 8 ó 9 años, y de la guía a la que ya estaban esperando otro grupito.
La iglesia no está siendo utilizada habitualmente por el obispado, que nos refierieron ha preferido una iglesia moderna sin ningún encanto, lo que parece que no gusta a la gente del pueblo. Nos despedimos de la familia y del hijo que tan atento había seguido la visita, a sus 8 ó 9 años, y de la guía a la que ya estaban esperando otro grupito.
Antes
de salir en dirección al río Mao, en un cercano supermercado
compramos varias cosas para completar la comida: pan, chorizo ahumado
de buena pinta, y cervezas bien frías.
Una
vez que salimos a la OU-536, nos desviamos a la izquierda por la 530
hacia Cristosende, y al pasarlo en dirección Parada do Sil. Después
del km.47 se cruza un puente por encima del río Mao, y a unos 400
m. se toma una pista asfaltada a la derecha que lleva
a la antigua central hidroeléctrica, restaurada y
convertida en el agradable albergue, centro cultural y bar "Fábrica de Luz", donde se puede aparcar y
comenzar la ruta que a través de pasarelas de madera nos lleva por
el descenso del río Mao en dirección al Sil. Es una ruta cómoda y
fácil, de unos 3 km ida y vuelta, la mayor parte sobre una pasarela
de madera, que permite bonitas vistas sobre el río. Cuando termina
la pasarela se continúa por un senderojunto al río hasta un desvío a la
izquierda que sube al pequeño pueblo de Barxacoba, desde el que se
podrá ver el Cañón del Sil y volver por la carretera al punto de
partida, o como hicimos nosotros por el mismo lugar. Las escaleras de
los desniveles son cómodas y en una de ellas aprovechando la sombra
de la abundante arboleda, nos paramos a comer la empanada de bacalao,
que estaba muy rica, y algunas de las cosas que compramos. No nos
cruzamos nada más que con una pareja, y al llegar al río estaba un
grupito dándose unos chapuzones de lo más refrescante en unas
pozas.
A
la vuelta tras ver una exposición que había en el interior del
albergue, nos tomamos en la cantina una cervecita y un café acompañado por una
rica tarta, y es que con el dulce no tengo remedio. La restauración
nos pareció muy acertada.
Dejo
también el enlace con el Albergue-Cantina-Centro Cultural da Fábrica
da Luz http://afabricadaluz.com/
Llenos
de energía con el baño de naturaleza, que no de agua, nos dirigimos
al embarcadero de Doade, en Sober para hacer la típica ruta en
catamarán por el Sil. Las rutas salen a las 11,30, a las 17 y a las
19, y el billete cuesta 9€. Es una ruta que en este tramo o en el
de Nogueira de Ramuín hay que hacer por las hermosas vistas del
Cañón en las dos orillas, la de Lugo y la Orense. Las 2
horas que suele durar se nos hicieron un poco pesada al final porque
tienen que ir muy lentamente y por el sol que ese día pegaba
bastante, por lo que no hay que olvidarse de llevar protector solar
si se quiere ir en la parte superior en días soleadoa. Las perspectivas son
impresionantes y nos gustó ver la desembocadura de los dos ríos que
habíamos seguido andando parte de su recorrido: el Edo o Caldelas y
el Mao, y sobre todo esas laderas de viñas descolgándose hacia el
río, en los bancales o “socalcos”, que se comunican en el mejor
de los casos mediante unos railes, que suben y bajan las preciadas
uvas Mencía (tinto) y Godello (blanco). Las viñas la trabajan de la
forma artesanal que ya utilizaban los romanos, orientando las
terrazas al sol para que conserven todo el calor durante la noche y
puedan protegerse de las heladas, con pendientes que a veces dicen
que se aproximan al 100%, y son todo un prodigio de tesón,
constancia, mimo y riesgo.
Salimos
a las 19,00 horas y nos quedaba aún algo que queríamos visitar: la alfarería
de Gundivós, en Sober (Lugo). Esta característica cerámica de
color negro, muy utilizada en bodegas por creer que mejoraba
el vino, tiene ahora fundamentalmente una función decorativa. La
olería está situada en un marco incomparable, la rectoral de
Gundivó, un edificio del S. XVIII restaurada por un joven de la
zona, Elías, que decidió dedicarse a lo que se había dedicado su
abuelo y la ha convertido en taller y museo: paredes de adobe y
paja, mobiliario y muestras de los distintos cacharos de cerámicas.
El alfarero la sigue haciendo al estilo tradicional, en torno de
rueda baja, que hay que mantener girando con impulsos de la mano,
arcillas de la zona cocidas en horno de leña, y ahumando las piezas
para ennegrecerlas, el color típico de esta producción, e
impermeabilizándola con resina de pino, derritiendo la pez con fuego
de carqueixa antes de verterla dentro de los cacharros. Siguen
teniendo la misma decoración que llevaban las ánforas romanas que
salieron de aquí y terminaron en el Testaccio romano: “bincos y
bigotes”. El patio exterior con un bello emparrado es el lugar que
se utiliza en verano para trabajar. Después de comprar unas piezas,
algunas para regalar y una para nosotros, (que no sé dónde voy a
poder poner, pero cómo no llevarme algo), nos despedimos del
alfarero felicitándole por su trabajo, tan en peligro de extinción.
Ya sólo nos quedaba volver a Castro Caldelas, hacer las maletas y
despedirnos con una buena cena en el Vicente Risco, un último paseo
nocturno por la zona del castillo y a dormir.
Rectoral de Gundivós |
6
de Agosto, martes.
El día como en consonancia con nuestra pena por irnos, estaba lluvioso y
nublado, y es que siempre se
necesitan más días y se dejan cosas para volver. Compramos algunas cajas con la bica de Casa Rubio, para darnos un
homenaje en casa y para regalar.Tras el desayuno nos despedimos de la
amabilísima dueña del Hotel, que nos ha parecido muy recomendable
y con una buenísima relación calidad/precio, excepto para quienes no
puedan subir escaleras porque no tiene ascensor.
Rumbo
a Allariz, teníamos alguna parada prevista y surgieron otras en el
camino. La primera la hicimos para visitar lo que queda del
Monasterio de Santa María de Xunqueira de Espadanedo, refundado en
el S XII y unido como filial cisterciense al de Montederramo que ayer
vimos. En la calle principal nos encontramos con la fachada
neoclásica y la portada barroca que permanecen en pie, espacio
ocupado ahora por el Ayuntamiento, Biblioteca y Centro de Salud. La iglesia,
a la que accedimos a través de un arco, tiene portada barroca de
tendencia neoclásica que sustituyó a la inicial románica, pero el
interior conserva su primitivo estilo románico-gótico, planta
basilical de tres naves y triple cabecera absidal, todo en el estilo
austero del Cister, con algunas decoraciones de tipo vegetal. La
pudimos ver a través de la gran reja de madera que separa la entrada
del cuerpo del templo. El altar también románico tiene un buen
retablo manierista de Juan de Angés “el Mozo”, e inevitablemente
me acordé de Jaime. En el exterior destacan las puertas románicas
del norte, cegada pero en buen estado, y la sur que descubrimos
cuando pasamos al interesante claustro, del que se han conservado
tres alas, bajo el piso. Este magnífico claustro reglar de estilo
renacentista en tres cuerpos, ha podido ser recuperado en las
recientes reconstrucciones. El paseo por su espacio nos permitió ver
las ventanas del templo románico y unos curiosos relojes de sol.
¡Qué envidia, qué buen espacio el del Ayuntamiento para trabajar
en él!
No
pasamos por Niñodaguía, otro gran centro alfarero para no
tentarnos, y continuamos hacia Maceda en el que tampoco visitamos su
castillo. Camino de Xunqueira de Ambía, vimos al pasar en una aldea
una indicación de iglesia mozárabe y es de imaginar que hicimos “stop” cuando pudimos y
vuelta. La iglesia, muy cerca de la carretera, pasa desapercibida
porque está atrapada entre varias casas y es de proporciones muy
modestas. Una señora a la que preguntamos nos indicó la casa que
está enfrente y que nos la podían enseñar, pero no abrían. Cuando estábamos pensando en marcharnos llegó un señor que no sólo la
abrió sino que nos informó estupendamente de todos los detalles y
de muchos otros de ese pueblo. La iglesia es de estilo prerrománico
del S. IX o X, de tradición visigótica, pequeña y de una sola nave
con el ábside rectangular. Se conservan restos de arcos de herradura
por los que se accedería a las capillas del ábside, y tres
maravillosas ventanas de tipología mozárabe. Un ara romana votiva
que podría haber estado dedicada a las ninfas protectoras del agua
es el soporte del altar, tienen también una bonita talla románica
de un crucificado y restos arqueológicos de lo que los vecinos de
forma voluntaria van rescatando de obras y particulares. Por cierto
de nuestro amable guía deducimos por sus explicaciones que era
alguien que podía estar relacionado con la docencia y el patrimonio.
La iglesia fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931 y dejo un enlace, que me parece encantador, de la descripción que de ella hace la Real Academia Galega. http://www.realacademiagalega.org/imaxin-boletins-web/paxinas.do?id=2749&d-447263-p=1
La iglesia fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931 y dejo un enlace, que me parece encantador, de la descripción que de ella hace la Real Academia Galega. http://www.realacademiagalega.org/imaxin-boletins-web/paxinas.do?id=2749&d-447263-p=1
Tras
subirnos por una escalera al porche de entrada de una casa
deshabitada y abandonada que está pidiendo ser derribada, pudimos
disfrutar de la visión del ábside, del conjunto de la parte
trasera y las deliciosas ventanas geminadas.
Dimos un pequeño paseo por este pueblo, tal como nos fue recomendado, y en el que se conserva muy bien el tipo de construcción, pavimento y atmósfera rural, notándose que hay una intención clara de los vecinos en que las reconstrucciones y reformas no alteren el estilo del lugar. El silo bien mantenido conforma la plaza principal y al fondo saliendo al campo visitamos la fuente donde se encontraría originalmente el ara que posteriormente se reutilizó como material de mampostería, y que se halló escondida dentro del altar mayor en la restauración. Buena e ilustrada parada de las inesperadas y que son de las que más nos entusiasman.
Dimos un pequeño paseo por este pueblo, tal como nos fue recomendado, y en el que se conserva muy bien el tipo de construcción, pavimento y atmósfera rural, notándose que hay una intención clara de los vecinos en que las reconstrucciones y reformas no alteren el estilo del lugar. El silo bien mantenido conforma la plaza principal y al fondo saliendo al campo visitamos la fuente donde se encontraría originalmente el ara que posteriormente se reutilizó como material de mampostería, y que se halló escondida dentro del altar mayor en la restauración. Buena e ilustrada parada de las inesperadas y que son de las que más nos entusiasman.
El silo |
la fuente |
cámara del movil sin resolución para este magnífico retablo |
Antes
de llegar a Allariz, aún nos quedaba la parada en la basílica
románica de Santa Mariña de Augas Santas, en el que la señora que
tenía la llave nos dijo que nos esperaba hasta las 13,00 y ya eran
las 12,30. ¡Como cunde el tiempo cuando sales temprano! No fue
posible ver el interior, la señora nos dijo que ya era tarde para
ella que estaba con la comida y que volviéramos otro día o por la
tarde. Por si alguien puede tener más suerte el teléfono es
988442109, y es la casa que está en la calle frente a la iglesia, el
nº 56. Teníamos mucho interés porque las características
constructivas la asemejan con la de Ambía. Su construcción envuelta
en la leyenda lleva el sello templario.
http://www.arquivoltas.com/11-Galicia/01-SMAguasantas.htm
El exterior es muy bello y tiene un rosetón muy elaborado en la
fachada principal y torre del XVIII. En la parte trasera hay otros
rosetones en la cabecera de los tres ábsides semicirculares. Detrás
de la iglesia se encuentra la fuente de los tres caños, que la
leyenda indica que surgieron donde rebotó por tres veces la cabeza
de la santa decapitada. El casco histórico es muy bonito y está
bien conservado, la comarca fue declarada conjunto histórico
artístico en 1963.
Quedaba ir a los lugares del martirio, por lo que nos trasladamos hasta la aldea de Armeá, zona habitada desde antiguo que conserva restos castreños y romanos, que conforman un itinerario señalizado que pasa por los lugares más emblemáticos. El sendero nos deparó la sorpresa de un petroglifo en un lado del camino, a continuación está el yacimiento arqueológico do monte do señoriño, descubierto recientemente, con unas interesantes estructuras excavadas en la roca, y que nos sugerían un posible santuario, recordándonos el de Panoías en Villa Real (Portugal). Más adelante se sitúan los restos del poblado galaico-romano de Atalaia, en el que están trabajando, y donde se podía ver claramente una casa, el perímetro amurallado y una calle. Lo recorrimos entusiasmados, y es que este tipo de visitas nos alimentan, y además desde un claro se veían unas vistas colosales, casi tan colosal como el famoso bolo granítico conocido como Penedo da Moura que está en el camino ya muy cerca de los restos de la Basílica de la Asunción y del Forno de la santa.
Quedaba ir a los lugares del martirio, por lo que nos trasladamos hasta la aldea de Armeá, zona habitada desde antiguo que conserva restos castreños y romanos, que conforman un itinerario señalizado que pasa por los lugares más emblemáticos. El sendero nos deparó la sorpresa de un petroglifo en un lado del camino, a continuación está el yacimiento arqueológico do monte do señoriño, descubierto recientemente, con unas interesantes estructuras excavadas en la roca, y que nos sugerían un posible santuario, recordándonos el de Panoías en Villa Real (Portugal). Más adelante se sitúan los restos del poblado galaico-romano de Atalaia, en el que están trabajando, y donde se podía ver claramente una casa, el perímetro amurallado y una calle. Lo recorrimos entusiasmados, y es que este tipo de visitas nos alimentan, y además desde un claro se veían unas vistas colosales, casi tan colosal como el famoso bolo granítico conocido como Penedo da Moura que está en el camino ya muy cerca de los restos de la Basílica de la Asunción y del Forno de la santa.
puertas para Rafael Palomino |
petroglifo en el camino |
Yacimiento do Señoriño |
Castro da Atalaia |
Piocas da Santa |
Penedo da Moura |
restos de la calzada romana |
Asiento de la Santa |
La
inacabada iglesia templaria de la Asunción tiene su historia y su
atmósfera. En ese apartado lugar se encuentran las ruinas del templo
inacabado del S. XIII, iniciado por los templarios y abandonado al
parecer por la desaparición apresurada de la orden en estas tierras.
Lo tremendamente interesante, curioso y donde se concentran las más
variadas hipótesis es en la cripta, lugar donde la leyenda sitúa el
horno o forno, donde fue quemada la santa. A ella se accede por dos
puertas idénticas enfrentadas, es necesario llevar alguna luz para
descender a la cripta cubierta con bóveda de cañón apuntada de
estilo prerrománico, nosotros no llevábamos la linterna del coche y nos alumbramos con la del movil, pero se veía poco. En ella se distinguen tres espacios que pueden
conocer rituales de distintos culto desde hace 2.000 años. Cuando
se baja, en el espacio más amplio hay una piscina de piedra que
recoge agua de un canal abierto en el muro, del tipo de los ritos de
purificación de balnearios castreños, un altar bajo una ventana
cubierta de vegetación que impedía que entrara la luz, donde había
restos de velas y rituales de misas negras, lápidas con relieves
variados y enterramientos medievales. El segundo espacio al que se
accede a través del anterior por una pequeña puerta practicada en
la famosa Pedra Formosa asociada a la cultura castreña final y sobre
la que se comenzó a construir la basílica, y a la que no pasamos
porque no teníamos una buena luz y el suelo tiene distintos desniveles.
Esa entrada tiene relieves de animales a los lados y da paso al
corredor que lleva al horno, y que sería el tercer espacio. Hay
estudios que indican que puede ser uno de los pocos ejemplares de
hornos crematorios castreños o espacio sauna de los edificios
termales, pero otros apuntan a que puede ser la cámara de un
dolmen de falsa cúpula, reutilizado y cubierto con una losa en la
que se abre un orificio al exterior a modo de chimenea.
Sin flash sale esta fantasmagórica imagen de la entrada al horno |
El
lugar es inquietante y al menos yo tenía ganas de subir y alejarme
de la sensación opresiva que el lugar me estaba generando.
Continuamos el itinerario circular abreviado pasando por los restos de una calzada romana, la piouca de la santa y donde estuvo el carballo ya desaparecido, todos ellos con aguas permanentes, que para las gentes del lugar son milagrosas para muchas enfermedades. Muy curiosas las marcas en el camino de agujeros o cazoletas asociados a la cultura celta que nos íbamos encontrando, y… nos perdimos, era fácil, muy fácil volver y estábamos muy cerca Armeá y sin embargo aparecimos en el cruce que llevaba al pueblo de Santa Mariña, así que para ir a nuestro coche tuvimos que dar un rodeo y pasar por el peto de ánimas al que no pensábamos ir. Cumplido todo el ritual ya sí que podíamos irnos a Allariz.
Continuamos el itinerario circular abreviado pasando por los restos de una calzada romana, la piouca de la santa y donde estuvo el carballo ya desaparecido, todos ellos con aguas permanentes, que para las gentes del lugar son milagrosas para muchas enfermedades. Muy curiosas las marcas en el camino de agujeros o cazoletas asociados a la cultura celta que nos íbamos encontrando, y… nos perdimos, era fácil, muy fácil volver y estábamos muy cerca Armeá y sin embargo aparecimos en el cruce que llevaba al pueblo de Santa Mariña, así que para ir a nuestro coche tuvimos que dar un rodeo y pasar por el peto de ánimas al que no pensábamos ir. Cumplido todo el ritual ya sí que podíamos irnos a Allariz.
Peto de Ánimas |
Allariz
http://www.allariz.com/turismo/cs/,
ese bonito y cuidado pueblo que no tenía nada que ver con lo que es
hoy cuando por el año 1989 comenzó a gobernar el Bloque Gallego con Anxo
Quintana: un río fétido y contaminado, paro, emigración, etc., y
que con una magnífica gestión municipal lo convirtió en municipio
modelo que le llevó a ganar el premio europeo de Urbanismo durante
su mandato por la rehabilitación que se había llevado a cabo en el
pueblo.
Queríamos
volver a recorrer sus calles y pasear por el río Arnoia. Nos
volvió a entusiasmar, empezando por el alojamiento que reservamos:
Hotel Torre Lombarda. Es un encantador Hotel rural, que tiene un largo
pasado: de Torre de defensa a casa grande, de ahí a curtiduría y a
la actual función, para la que se ha sometido a una excelente
rehabilitación por Cesar Portela, reputado arquitecto gallego, que ha respetado los antiguos
usos y restos para encajar una especie de originales módulos que hacen las
veces de habitaciones para los huéspedes. Está ituado junto al río, y las
vistas sobre él de la habitación fueron un elemento más de
satisfacción. La habitación doble con desayuno buffet, muy completo
y casero: 73€
http://www.torrelombarda.com/
http://www.torrelombarda.com/
Nos
recomendaron en recepción el Restaurante-Tapería “Muiño Acea da
Costa”al lado del Hotel. El lugar es encantador y
bien rehabilitado, la comida riquísima y el vino que nos sirvieron:
“Crego e Monaguillo”, un godello de Monterrey, nos pareció
exquisito, y por más que lo buscamos para comprar no lo encontramos
pero si la dirección de la bodega para poder pedir por Internet, lo
que ya comentaremos con nuestro amigo Pepe Colsa y el primo Paco.
http://www.cregoemonaguillo.com/CregoeMonaguillo/CeM_ES/es-presenta.html
Era
tiempo de descansar y reposar y así lo hicimos.
Tras
la reparadora siesta, dimos un largo paseo por el pueblo: Plaza
Mayor, Iglesia de Santiago, San Esteban que estaba abierta, Santa
Clara, la iglesia de Santa María de Vilanova junto al cementerio, la
Fábrica de Vilanova, acogedor y buen restaurante, el puente romano y
la ribera del río e incluso por la calle de los Factory, visitando
y comprando, como era lógico, en la famosa Casa de licores Zirall,
http://www.licoreszirall.es/
donde comprobé que la botella, vacía claro, que guardo en casa es
ahora de coleccionista.
Aunque
lo estuvimos dudando al final fuimos hasta Orense para ir a las
termas “A Chavasqueira”, junto a las pozas libres en Outariz, a probar las aguas
que tan buenas indican que son para la piel y las afecciones
reumáticas. El horario es de 9,30 a 23,30, los fines de semana hasta más
tarde, y el precio es de 3,80€ la hora y media. Hay que llevar el
bañador, chanclas y toalla. Las Termas están bien, con un pequeño
recorrido, y la piel queda lisa y fina, pero
como estábamos a gusto en Allariz, y después de las Termas
Caracalla de Baden-Baden es difícil la comparación, llegamos a la
conclusión de que si estás en Orense vale la pena, pero que a
nosotros nos hubiera dado igual no ir, pero… de no haber ido no lo
hubiéramos sabido. Al parecer son mejores las termas Outariz, pero
los martes cierran.
Volvimos un poco tarde para recorrer una Allariz nocturna y con poca gente en las calles, a pesar de las buenas temperaturas, y nos fuimos pronto a la cama tras unas raciones en el antiguo Casa Fandiño, junto al ábside de la Iglesia de Santiago y de despedirnos de la portada de San Pedro.
Completo el desayuno buffet: fruta, zumo natural de naranja, embutidos, buen pan de leña y mermelada y bizcocho casero, en la encantadora sala del molino.
Termas públicas en Chavasqueira. En las privadas está prohibido hacer fotos |
Completo el desayuno buffet: fruta, zumo natural de naranja, embutidos, buen pan de leña y mermelada y bizcocho casero, en la encantadora sala del molino.
Vuelta a bajar maletas por las escaleras, pensando si no habrá alguna manera de encajar algún ascensor que no desentone en el conjunto, porque tampoco este alojamiento está preparado para personas con movilidad reducida.
Antes
de enfilar para nuestro nuevo destino, nos desviamos hacia el
EcoEspacio “O Rexo”, que se encuentra a unos 2,5 km por la carretera
que traíamos de Xunqueira de Ambía. Este Espacio es un Aula de naturaleza que tiene una intervención escultórica y pictórica de Agustín Ibarrola. Chispeaba cuando llegamos y el tiempo ayudaba a la visión que se obtiene de este lugar, donde la naturaleza y las obras de Ibarrola se aúnan creando bellas imágenes.
Ya
sí que nos íbamos de la Provincia de Orense, pensando en cuándo
volver. El
camino continúa pero ese estará en la 2ª parte de Viajando a
Galicia: Por las rías bajas.